La anécdota del pleno de Ribeira la protagonizó Aroa Fernández, concejala del Partido Popular, que bromeó al asegurar que Martín Códax es un vino, y que por tanto la casa de cultura de Castiñeiras merecía llevar otro nombre, como por ejemplo el suyo. Los nacionalistas propusieran al poeta para bautizar al inmueble, por lo que el comentario de la edila popular no les hizo demasiada gracia y llegaron a tacharla de ignorante. Al parecer, cuando finalizó el pleno, Aroa Fernández aclaró a los nacionalistas que sus palabras no eran más que una broma, dando cuenta de su currículum y amenzando con recitar algo de Martín Códax.
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